viernes, noviembre 30, 2007

Hallazgos y recomendaciones de FIL 2007

El stand de Artes de México; uno de los más bonitos de la Feria del Libro 2007.


Todavía faltan dos días, así que espero que esto llegue a tiempo.

Lo siguiente es una lista de títulos interesantes que pueden encontrarse en la FIL Guadalajara. Si son vecinos o tienen oportunidad de visitar, no se la pierdan... la entrada sólo cuesta 20 pesos (15 con credencial de estudiante, maestro o INSEN) y da derecho a conferencias, presentaciones y espectáculos.
En la ceremonia de clausura, este domingo, se presentará Aterciopelados.

Veamos qué hay de libros, pues:

- En Ediciones SM (stand 2310) ya hay más surtido de novelas fantásticas, en la colección Gran Angular o en otras más. Una nueva de ciencia ficción del mexicano Ángel Zuaré, Retorno, mas un libro interesantísimo: La página escrita, el método personal de creación literaria del escritor catalán Jordi Sierra I Fabra. El autor, muy amablemente, me autografió mi ejemplar ayer.

- Todo Minotauro y Timun Mas está en Diana (stand 510), no en Planeta. Mucho más caro que en librerías, y sin muchas novedades, así que conviene esperar a que surtan a la Gandhi, las Gonvill o cualquier otra. Lo que sí: traen la versión en pasta dura de Los Hijos de Húrin, y una muy bonita de El Señor de los Anillos, todo Conan de Robert E. Howard, las novelas de Resident Evil completas y varias cositas de Reinos Olvidados y Dragonlance (colecciones de las que llevo apartada un tiempo... desde que el asunto comenzó a volverse un churronomio).

- Porrúa (stand 520) presenta Fairy Oak, una novela para niños de bonitas ilustraciones, de la italiana Elisabetta Gnone (co-creadora de la serie Witch).

- En El Sótano de Coyoacán (2441) se encuentra una novela de fantasía mexicana, Ukus, de Renato Gómez Herrera. Quiero comprarlo por curiosidad, más que nada, pero la verdad es que arranca mal: comienza describiendo todo el escenario subcreado, y justo después brinca a la profecía de un elegido (así es, otro más). Exactamente como NO deben hacerse las cosas.

- Editorial Juventud (2240) trae, carísimo como siempre, el Diccionario de Dificultades del Inglés, un excelente detector de lugares comunes para traductores. Espero que este año no se me escape.

- Comicastle Guadalajara (1846) repite visita a la Feria del Libro; una decisión por lo más inteligente, puesto que muchas de las personas que visitan este evento no conocen la tienda y hay muchas cosas en ella que podrían gustarles. Por lo pronto, este año hay un nuevo libro de Scott McCloud, Making Comics: Storytelling Secrets of Comics, Manga and Graphic Novels, y la versión impresa de los comics en línea de Héroes.

- Alianza Editorial (620), donde uno puede encontrar muestras de lo más caro y lo más barato de toda la feria, muestra Runas, la nueva colección de fantasía y ciencia ficción de Editorial Anaya. Supongo que piensan repetir algunos títulos de su colección Última Thule, que llegó a reunir verdaderos clásicos; así, el primero de Runas vuelve a ser La Espada Rota, de Poul Anderson; una novela épica mucho, muy basada en la cultura escandinava, que se publicó el mismo año que La Comunidad del Anillo, influyó mucho en el escritor Michael Moorcock... y que tiene uno de los finales más estúpidos que una servidora haya leído, en fantasía o no.

- Umbral (224) tiene un montón de saldos a precio de regalo. Entre lo más recomendable está la novela fantástica La reina de la laguna, de Kay Meyer, y El origen de El Señor de los Anillos, uno de los primeros ensayos sobre esta obra, de Lin Carter, que, si no por más, rastrea las influencias de Tolkien (las que podían deducirse sin conocer la historia personal del autor) y tiene el chiste de señalar, como digno seguidor, al gran y no muy mencionado Lloyd Alexander, a quien tuvimos la desgracia de perder este año. Ambos a 50 pesos cada uno.

- La librería Parroquial de Clavería (410) vuelve a las andadas, con novelas juveniles (algunas de las cuales caen en el género fantástico) a sólo 7 pesos.

- Junto a la Parroquial, el Pabellón del Libro Católico ( 310) trae una muy buena parte de la obra de C. S. Lewis; Los Cuatro Amores es un favorito muy recomendable.

- Planeta (1420) tiene una versión bolsillo de La Princesa Prometida, de William Goldman; excelente novela de fantasía cómica, con una portada espantérrima. Prometen también sorpresitas para el año que entra; más información después.

- Ediciones B (2210) está promocionando mucho las novelas de Phil Pullman, Luces del Norte (La brújula dorada, pues), y sus continuaciones. Aún no las leo, pero lo haré antes de ver la película. Pero también traen Los Mundos Mágicos de El Señor de los Anillos, de David Colbert; un libro tan inteligente que no habría que despreciarlo por su claridad, sencillez y letra grande. Rebajado a 79 pesos, es una ganga. De novedad, Cuenta Regresiva, de Armando Vega-Gil (un pequeño oasis de humor entre la árida seriedad y las muchas “pretenciosidades” de la literatura mexicana contemporánea).

- La editorial RM (1945, o por ahí cerca) publicó, por fin, un libro sobre la obra del ilustrador zacatecano Julio Ruelas, viejo conocido y viejo favorito de una servidora. Si Monreal hubiera sido un poquito más inteligente, le hubiera convenido lanzar un premio Julio Ruelas de arte fantástico durante su período como gobernador de su estado natal, pero ya ven... Más adelante, reseña obligada de este libro.

- Por ahí en frente del stand anterior tienen la nueva agenda Pascualina 2008, para fans de la brujita (que cada vez se comporta más... extraña). Más barata que en librerías, papelerías y tiendas de autoservicio.

- La librería Azteca (2430) se apareció con el ya acostumbrado surtido de clásicos, thrillers, comic europeo, mitología, manga, Ediciones Valdemar y Norma. Y con los mismos precios: de espanto. Norma Editores publica en español Fullmetal Alchemist de Hiromu Arakawa; cada libro cuesta unos 10 pesos más que la edición en inglés, y hay que rezar porque no esté agotado. De Valdemar, casi toda la obra narrativa de Chesterton.

- Ya casi para terminar, Andrés Bello (1737) salió con la puntada de presentar a la autora inglesa del siglo XIX Edith Nesbith como “la tatarabuela de Harry Potter” (milagro que J. K. Rowling la reconozca como una influencia... la señora suele enojarse cada vez que uno le señala que sacó sus ideas de uno u otro lado). El mismo Harry Potter agoniza lentamente en el stand de Océano (1410).

- Ya que hablamos de muertes anunciadas... Eragon y su segunda parte, Eldest, de Christopher Paolini, se cubren de polvo, tras su big hype el año pasado, en el stand de Ediciones Urano (1920).
Corrección: Ya se me hubiera hecho raro... Urano mandó a volar a Eragon. El primero volumen, y únicamente ése, se encuentra reeditado en Random House Mondadori (stand 1210). Y lo presentan como novedad (ahem... sin comentarios).

domingo, noviembre 25, 2007

Entrada de la FIL: Leones por corderos




Ayer arrancó la FIL, con todo e incidente incluído: Resulta que porque al Presidente se le ocurrió ir a inaugurarla, a los que llegamos más o menos tarde nos tuvieron afuera, esperando tras un cercado, algo así como hora y media. Grrrrrr...

Éramos cerca de un centenar de leones hambrientos, con ganas de hincarle los dientes a los libros, y nada más. Yo me encontraba en primera fila, los brazos apoyados en la cerca y cubriéndome la cara del sol. Lo malo es que unos cuantas hileras atrás, estaba un grupo de cuatro (bueno, eso fue lo que conté) Pejefans, con gafete de la Comisión Nacional Democrática, sendos letreros en cartulina y volantes en fotocopia de la película Fraude (reseña más adelante... si me queda algo de tiempo extra). En los letreros de los manifestantes se leía, invariablemente, la palabra “Espúrio” (escrita así, con acento. Lástima... por cobarde no fui a preguntarles qué quiere decir “espurio”; hubiera sido interesante registrar las respuestas).

Estas cuatro personas (dos señoras y dos hombres) intentaban llamar la atención de la gente que iba llegando con lo que se podía; desde metáforas siniestras (“Salinas está ahí dentro... Salinas es Calderón”) hasta imprecaciones religiosas (? “M’hija, que Dios te ilumine”, le dijo la señora gordita que parecía la líder de la mini-manifestación a una muchacha que le hizo un comentario negativo sobre López Obrador). Por supuesto, el clásico “Es un honoooor estar con Obradooooor” y otras porras que ya nos sabemos de memoria se repitieron menos de diez veces... cuatro voces y cuatro pares de pulmones no daban para más.

En cuanto vi que un fotógrafo de La Jornada se paraba a tomar fotos, ya me latía que el asunto iba a acabar convirtiéndose en esto.

Treinta personas, cómo no... Si a los cuatro que vi le sumamos los que pudieron haber llegado, no pueden haber sido más de siete u ocho. Gracias a la magia de la fotografía, muchos que nada más esperábamos nos convertimos en parte de la manifestación.

Muy bien portados no fuimos, lo reconozco, pero de susurros no pasábamos: "Ya cámbienle al soundtrack-shhhhhhh-lo bueno es que se preparan para las manifestaciones-shhhhhhhhhhh-mejor que se vayan a interrumpir una misa-que shhhhhhhhh"... etcétera.

Por su parte, los Pejefans estaban haciendo su lucha, y eso se les reconoce... Una de las señora comenzó su arenga: “Lo que ocurrió en Tabasco no fue culpa del clima ni de la luna, sino de la corrupcion de este... este desgraciado... ¿cómo se llama?... este desgraciado...” A las primeras porras, siguieron cancioncitas (“Subistes la tortilla, subistes el camión”; la “s” extra servía para acomodarse al ritmo) que fueron subiendo de tono muy, muy levemente... hasta que los mismos manifestantes parecieron sentirse avergonzados; y es que, o seremos muy beatos o muy educados, las malas palabras en público están muy fuera de lugar en Guadalajara.

Los de alrededor no estábamos tan felices, claro que no. Pero nos manteníamos callados para no darle alas al relajo. Todo así, hasta que un señor que ya había estado silbando y gritando su descontento exclamó: “La Feria no es un acto político; no es del PAN, ni del PRI, ni del PRD”. Varios aplaudimos. Y en ese preciso instante, como si les hubieran dado cuerda y no acabaran de escuchar la frase, los Pejefans (que ya llevaban tiempo calladitos) recomenzaron “Es un honooooor...”

Ahora sí que ya no nos aguantamos más y nos reímos. ¿Hicimos tan mal?

El estúpido cercado se retiró unos minutos después. ¿Nuestra recompensa por haber esperado tanto? Entrada gratis a la feria, y eso no lo hace constar La Jonada, gggroowrrrr... Si el pueblo pide pan y circo (pan y futbol, en estos tiempos), a mí que me den libros... y a mucha honra.

(El artículo de La Jornada dice que a un periodista que entrevistó a los manifestantes se le negó la entrada a la Feria. Hasta donde vi, la puerta estuvo abierta para todo el mundo, y quienes no entraron fue porque no quisieron).

lunes, noviembre 19, 2007

Reseña de libro: Los hijos de Húrin


Los hijos de Húrin
J.R.R. Tolkien
Ediciones Minotauro


Lo bueno: Espectacular vuelta a la Tierra Media; un clásico de lectura merecida.

Lo mejor: La edición está preciosa, y cuenta con bellísimas ilustraciones de Alan Lee.

Lo malo: A ratos, la traducción.

Calificación: * * * * *

De las amargas y oscuras historias que componen El Silmarillion, de J. R. R. Tolkien, la de Túrin Turambar es una de las más fascinantes. Lo tiene todo: personajes interesantísimos, un argumento lleno de curvas y recovecos (de donde se pueden recoger detales) y, en el fondo, una tragedia tan humana que es lo que permanece en la mente tras leer, aunque no sea el punto central de la narración.

Cuando se anunció este libro como la “nueva novela de J.R.R. Tolkien”, inmediatamente me entró la desconfianza; después de años y años de Cuentos Inconclusos, revisiones y revisitaciones que Christopher Tolkien ha hecho de la obra de su padre, creo que no era para menos.

Todo el material póstumo que este señor ha sacado ha sido muy agradable de leer y buen pasto para las obsesiones personales, pero nada más. ¿Una nueva novela? Habría que ver.


Hace unos diez años más o menos, tras leer la versión de Túrin como apareció en Cuentos Inconclusos (mucho más terminada, con mucho más detalle, más diálogos y un ritmo que recordaba más a El Señor de los Anillos que al Silmarillion y que despertaba la curiosidad de a dónde hubiera llegado la obra de Tolkien de haber sido él escritor a tiempo completo), estuve fantaseando un poco con la idea de convertir esta historia en telenovela. El material se prestaba: había drama, intriga, romance, pleitos familiares y todo lo que se necesita para prender a cualquier clase de público.

Mi idea era tomar como base la narración Narn i Chîn Húrin (“la historia de los Hijos de Húrin”), rellenar las lagunas con material de El Silmarillion y aderezarlo todo con diálogos inventados y escenas de acción (no muchas).
Bueno, no me iba a meter en pleitos con el Tolkien Estate, así que todo ello se quedó en sueño guajiro. Hasta ahora, que a Christopher Tolkien se le ocurrió algo muy parecido.

Los hijos de Húrin resultó ser lo que me imaginaba: un trabajo de patchwork impresionante, con costuras y remiendos aquí y allá. Pero eso no quiere decir, en modo alguno, que decepcione. De hecho, las puntadas son tan finas y están tan bien hechas que uno puede echarse a leerlo con toda calma y tranquilidad, y dejarse perder, sin interrupciones, en la maravillosa e impresionante trama...


El valiente Húrin parte lleno de esperanzas a la guerra contra el maligno señor Morgoth. Atrás se quedan su esposa Morwen, embarazada, y su hijito Túrin, sensibilizado por la prematura despedida y por la pérdida de una hermanita a la que adoraba. Pero el enemigo resulta demasiado poderoso; la derrota del bando de Húrin es catastrófica y él mismo es hecho prisionero. Aun en medio de sus penalidades, Húrin se atreve a desafiar a Morgoth y éste le hace una promesa terrible: sus hijos pagarán la ofensa, y él vivirá para ver su perdición y caída.

De ahí en adelante, seguiremos en el relato a Túrin: su relación con su madre (que tiene la calidez del polo norte hace como un siglo, y, en su afán de hacer fuerte a su hijo, le ha prohibido llorar), su llegada a los dominios del rey elfo Thingol, su huída precipitada del lugar, su papel en la guerra contra Morgoth, su encuentro con una segunda hermana a quien jamás ha visto, y cómo su destino lo va alcanzando (o se la va buscando, según como se vea).

Aunque a ratos se siente alargado, el relato de Túrin es emocionante, tan rico en detalles y profundo como El Señor de los Anillos. Una gran ventaja que tiene sobre otros materiales póstumos de nuestro autor es que Christopher Tolkien incluyó un prefacio y una introducción que proporcionan todo lo que uno necesita saber para comprender y disfrutar el libro, y una guía de nombres (sin ninguno de los spoilers que abundaban en la de El Silmarillion) con árboles genealógicos.

Lo único que desmerece un poco a este libro en español es la traducción; los editores no intentan esconder que se trata de otra labor de patchwork, y que la costurera (que aparece en los créditos como “revisora”) no era la más hábil del mundo: a ratos se aparecen en el texto linduras como “y ‘Historia de la Tierra Media’” , “un antiguo metro aliterado inglés” (¿? Supongo que esto tiene que ver con métrica) y otras más que la verdad ya no recuerdo.

El descuido de la traducción se extiende también al material extra; los árboles genealógicos salen con el desbarajuste de poner “Handir” (que es el nombre del padre del personaje Brandir) como el marido de Lúthien (???!!!), la esposa de Tuor (????!!!!) y la hermana de Turgon (?????!!!!!).


Pero haciendo a un lado esos defectillos, el libro sigue siendo muy disfrutable, un verdadero gusto, y vale muchísimo la pena.

Recomendaciones: Para fans de Tolkien, por supuesto; incluso para quienes hayan leído únicamente El Hobbit o el Señor de los Anillos. Quienes no estén familiarizados con el autor también se llevarán una grata sorpresa.

Abstenerse: Sólo si están demasiado acostumbrados a las libros de fantasía más o menos facilones que ahorita están de moda, o si sus gustos van más por el corte de El Código DaVinci.

Una palabra sobre las reseñas

Antes de que otra cosa suceda... aquí en la casa de ustedes voy a subir bastantes reseñas. Sean de cine, música, libros, videojuegos o lo que sea, me voy a mover por un sistema de calificaciones de asteriscos (y un extra).

Aquí está la clave:

***** Imprescindible
**** Recomendable
*** Bueno si se le tiene paciencia
** Podría llegar a funcionar
* Sólo si se cuenta con dinero y tiempo para tirar
¡puaj! Horrendo (si lo compras-lees-juegas-ves y te gusta, te lo mereces)

De antemano pido disculpas, pues lo más probable es que las reseñas que escriba aquí seguramente no sean sobre lo más actual (cuento con tiempo limitado, y no puedo dedicárselo todo, por desgracia, a las actividades que me gustan más), así que tómenselas como recomendaciones de asuntos que tal vez hayan escapado a su atención.

Gracias.

domingo, noviembre 18, 2007

Fáilte! (¡Bienvenidos!)



(Iustración de Sue Giacoman; caricatura de la portada por Hellnike).

La casa ideal

No, en realidad no vivo en nada que se parezca a esto. Si fuera posible, me encantaría tener una casa en Galway, Irlanda, cerca o sobre Quays Street, o en el municipio de Claddagh, vista al mar y todo (aunque, ¿quién necesita ver el mar cuando se tiene a Irlanda bajo los pies?).

Mi casa tendría un jardín grande con árboles para que mis gatitos anduvieran a sus anchas; una cocina con estufa y barra en el medio para experimentar sin cuidarme de manchar las paredes; una biblioteca de unos dos pisos con escaleras de riel y libros hasta el techo, con mi estudio al centro; una sala de paredes amplias, amplias y vacías, donde pudiera colgar mis cuadros y pinturas favoritas; un salón de juegos pequeño pero con espacio suficiente para colocar una televisión, mis consolas y mis tapetes de baile, y, ¿por qué no?, un home theatre; bodegas y bodegas para jamás tener que deshacerme de mis revistas; y tal vez algún lugarcito aislado para convertirlo en mi taller de manualidades. En la entrada, por supuesto, una puerta de madera roja, con arco y macetas a los lados, siempre abierta para “buenos amigos que quieran retenerte; con sus historias y noticias, y al cantar melodías para pasar la noche”. (Song for Ireland).

Pero bueno, mientras que lo único que pueda hacer es fantasear, me estoy construyendo este hogar virtual. Cien mil bienvenidas a todos (céad míle fáilte) y espero que lo que encuentren en la casa de ustedes sea de su interés y gusto.
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La casa de Aisling by Laura Michel is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.5 México License.